En mi caso, cuando escribo mi modesto
neobarroco, nunca sé como es el texto final. Usualmente me surgen un par de
palabras, a lo más una frase, surgidas de una inspiración conciente o
inconsciente, y a partir de ahí voy buscando que quiero decir, voy revolviendo
y rebuscando en mi vocabulario para encontrar las palabras, imágenes o
metáforas que sirvan a ese objetivo aun difuso. Echo a volar mi imaginario y
atrapo las mariposas del color adecuado. Ya por la mitad del escrito me doy
cuenta para donde va, que quería decir y como lo quería expresar, y a partir de
ahí pongo rumbo a ese horizonte que se me va haciendo mas nítido en la medida
que me acerco a las 400 palabras. Siempre llevo conmigo una libreta para anotar
las palabras o frases que se me ocurren de pronto en cualquier lugar y que
usualmente dan origen de un nuevo texto o me resuelven una frase que me quedó
pendiente de un escrito sin terminar. A veces algunos textos quedan a medio
camino a la espera de su necesaria maceración, otras comienzo escribiendo con
cierta idea, borrosa pero reconocible, y termino con una idea totalmente
distinta. En otras ocasiones todo fluye con facilidad, argumento, vocabulario,
imaginario, como si todo ya estuviera escrito y yo solo lo traspasara a la
realidad leíble. En todo caso, siempre sé que cada lector leerá su propio
texto.
Cuando me atreva a escribir, se le podría enviar el texto para saber su comentario?-Gracias
ResponderEliminarCierto, al igual que a ud mis prosas parten siempre por una palabra o una frase y desde ahí influye el momento, el estado de ánimo, etc. Gracias
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